Lluvia levantando tierra en la sierra. Acariciando con gotas la sequia, incitando a la savia nueva. Riega lo seco que pedía humedad en canción. Levanta el aroma de lo que recién empieza. Las hierbas, luego el sol, la luna y también el rio que broto en chaparrón. Caudal en crecida a partir de la magia cotidiana del estar. Felicidad para el zapallo, insurgente vegetal Alegría del maíz, habitante ancestral de este lugar. El agua es lo que nunca nos puede faltar. Agua para regar. Para luego de las interacciones oportunas nos logre alimentar. Agua, no pares por un buen rato de caer. Quiero sentirte limpiar las raíces, los campos en crisis. Agua quédate un ratito mas, aunque la resolana aparezca tras la montaña, intensifica el chaparrón, ayuda a los frutales, a las habas, al girasol. Agua con sol! Que se case una vieja, que se divorcie un señor! Hay un trueno que me avisa que queda un rato más. Hay un montón de agua callendo sin parar. Moja la ventana y de ahí salta al colchón. Moja mi rodilla y la punta del pantalón. Todo abundantemente regado, tan parejo como solo la lluvia lo puede hacer. El espinillo quedó goteando. Hay una asamblea de gotas en cada espina. El cardo está agradeciendo la lluvia del hoy, llego en el momento indicado, cuando comenzaba a ser flor. Su parte verde rebozando de humedad. Hay gotas jugando sobre su violeta mandála central. Se mueven, se tocan, se amontonan haciéndose ligar. Agua, no pares por un buen rato de caer. Quiero sentirte limpiar las raíces, los campos en crisis. El perro que aparece y quiere entrar por la ventana. Me hace cara de déjame pasar. Nos quedamos charlando un rato en el adobe. Con la intensidad de la lluvia también baja el ritmo de este papel. Me presento. Soy una anotación en un día de lluvia cualquiera. Soy la intencionalidad de un gesto. Soy un símbolo pulsando el cambio a partir de la acción. Un desprendimiento de una emoción que marca este momento, este cuaderno, este renglón. Pero volvamos a la lluvia. ¿A quién le interesa saber cosas sobre el yo? Ser es cuestión de las plantas, que se desarrollan en caótica armonía sin tanto enredarse con el mambo del pensar. Caótica armonía. Atención acá. Sensación creada a partir de la interacción del agua con la tierra, con la semilla, con el todo. Caótico modo de gestación. Como lo demuestra la práctica de ver a este nogal devenido en cantidad de brotes, uno pegadito al otro. Armonía es que la tierra decida a partir del hermoso caos que reina sus días. Nadie mejor que nadie. El que decide es el sol. Agua, no pares por un buen rato de caer. Quiero sentirte limpiar las raíces, los campos en crisis.